Ten en cuenta que tu programa de ejercicio persigue la reducción de los niveles de dolor, y tu capacitación para, dentro de tus limitaciones, mantenerte activo y funcionando en sus actividades de la vida diaria. Si en lugar de ayudarte te está obstaculizando en estas tareas, es que estás haciendo demasiado.

Si el ejercicio que realizas te causase fatiga u otros síntomas, disminuye su intensidad y consulta con tu médico o fisioterapeuta con el fin de planificar un programa alternativo con la intensidad justa para permitirte mantenerte lo más activo posible sin forzar una situación de brote (fase de agotamiento invalidante física y mental).

Como pautas generales considera las siguientes indicaciones:

• comienza siempre por un nivel de intensidad muy bajo

• el esfuerzo realizado nunca debe incrementar la fatiga al día siguiente: el ejercicio apropiado es aquél tras el cual la persona queda con la sensación de haber podido hacer un poco más. Será tu propio cuerpo el que te vaya indicando cuánto debes o no hacer 

Importante: La información médica que aquí consta, solamente tiene carácter informativo. No remplaza en ningún caso los consejos que su médico especialista le ha brindado. En caso de dudas acuda a su médico de confianza.